Todo se volvió tan
diferente… ya no es lo mismo.
Ya nada es igual, todo
tiene sentido.
Ya no existen las
amarguras, alegría es lo que vivo.
Sin embargo caigo
nuevamente, y cada vez más rápido me animo.
Ya no existe el rencor,
la vergüenza, la pereza…
Esa lucha constante que
me mantiene prendida.
Todas mis fuerzas se
activan, nuevos propósitos y más pilas.
Trato de recordarlo en
cada momento, hasta en las peores situaciones.
Y ahí es cuando se vuelve
perfecto! Amado sufrimiento.
Es por eso que nunca me
canso, nunca renuncio.
Cuando siento que todo
está perdido solo basta con buscar ayuda.
Todo tiene sentido cuando
se trata del verdadero camino…