martes, 28 de febrero de 2012

 Ayer tomé mi diario de vuelta. La última vez que había escrito en el fue el 19 de diciembre del 2012. Se trataba de otro de mis episodios imaginados en Mendoza. Esta vez era un concierto. Me recordó cuando escribí esa historia de solo 80 páginas para mi mejor amiga…
 En fin, volví unas páginas atrás. Mi vida solo estaba concentrada en Mendoza, en cada uno de mis planes. No era feliz, no sabía que hacer. Tenía tantas cosas pendientes, cosas que ahora supe dejar atrás. Tenía muchas ansias de lograrlo, y sonreí, porque lo he logrado. Una de ellas era perder peso. Escribí en varias páginas que pesaba 54kgm, estaba tan desesperada por llegar a los 48, pero ya era tarde. Otra, fue lo de Nico. Lo quería tanto, pero no sabía que hacer, como reaccionar.
 Ahora todo es distinto, ya viví el momento. Ya volví de Mendoza, sin mi mejor amiga, pero con metas cumplidas. Bajé de peso y llegué a mi objetivo. Debo resaltar que aunque no me haya acompañado en mi viaje de vuelta ni hayamos disfrutado nuestras tres semanas aquí en Tucumán, me inspiraste por seguir adelante con mi dieta, me diste consejos sin darte cuenta. Terminé con Nico, y ahora estamos bien, al menos por ahora.
  Estoy muy contenta, estoy yendo a charlas y meditaciones que poco a poco me acercan más a Dios. Voy a ir a un retiro en marzo, y se aproxima el cumpleaños de mi papá, al que le sigo buscando su especial y costosa pluma! No me voy a olvidar del 15 de mi mejor amiga, la pasamos espectacular. Y aunque estas últimas semanas haya estado castigada por mi estúpida y ‘rebelde’ conducta, no voy a olvidar las salidas con mis amigos.
 Hoy es un día nuevo, ya estamos casi a la mitad de el jajaja. Pero todavía queda dibujarle un dibujo a mi papá en tributo a su ídolo. Hacer una torta de chocolinas para esta noche que viene el Padre Pedro a cenar, una visita tan esperada. Y salir a las 5:30 con Joaquín a dar una vuelta que hace tanto que no lo veo… Solo espero terminar el resto del día en paz y, poco a poco, aprender a disfrutar cada segundo de mi vida! Porque solo podré vivirla una vez, y porque no hay mejor etapa que la adolescencia…

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