Madre, solo quería pedirte para que generes en
mí el profundo deseo y la razón..
Para
entender que tengo que vivir la vida que me toque. No planear ningún acontecimiento,
no tratar de ser perfecta, no ser tan obsesionada. Por que la vida que llevo en
mis manos no es mía, mi cuerpo no me pertenece, y no tengo por qué dañarlo. Que
todo lo que hago debe ser para el bien de los demás, no mío. Que no tengo que buscar el placer propio ni el deseo para uno mismo.
Que vivir como vivo no vale la pena. Que solo debo aceptarlo con una gran sonrisa,
cueste lo que cueste, sin importar que tan duro sea. Que mis obras sean para generar
alegría en los demás, no satisfacción en
mí. Que debo ganarme tu confianza y nunca olvidarte. Simplemente, que mi
vida ni siquiera se haya en mis manos, sino en las de tu Hijo amado.
Hija Mía, estas encontrando una de tus puítas de alegría.
ResponderEliminarSiempre, pero siempre, busca el camino, la verdad y la vida en un solo sitio que es la Iglesia, cuerpo de Cristo, que nos da todo lo que vino a entregar, que es su AMOR.
Sin Él nada puedes hacer.
Te quiero, Tu Papá.