Me siento rara, como si tuviera la necesidad
de hablarte sin querer molestarte. Me siento feliz, al saber que tienes alguien
junto a ti, alguien que no te hace sufrir ni que tienes que perseguir. Me siento
mal, por dejar mi vida de lado al intentar algo más, por ti. Me siento triste,
por haber imaginado tantas cosas y momentos felices contigo, cuando solo generé
más cicatrices. Me siento normal, porque esta nueva forma de amar, que descubrí
cuando me interesaste de más, me hizo pensar que por ti soy capaz de cualquier
cosa. Me siento invisible, porque ni siquiera me reconoces ni me registras,
solo por pura conveniencia. Me siento incómoda, porque mi ser, mi cuerpo y mi
existencia no te agrada del todo, no te alcanza ni te interesa. Me siento
acompañada, porque dejaste a mi lado alguien a quien le importo, alguien que me
agrada. Me siento insatisfecha, por esa tentación de tomarte sin jamás
soltarte. Me siento incompleta, un real desastre, alguien sin coherencia. Me siento
una estúpida, porque por ti perdí mi dignidad, me hundí hasta el final. Pero a
pesar de todo me siento LIBRE, porque sé que nunca pasará algo contigo, porque
solo me sirve para soñaren todo momento, imaginar lo imposible contigo, eres mi
lugar prohibido.
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