Salgo del colegio,
decepcionada como de costumbre. Caminando rumbo a mi casa, con los ojos caídos
evitando soltar una lágrima. Durante el recorrido me arrepiento profundamente
de no haberte saludado las mil veces que te crucé. Llego a mi casa, pienso que
estarás haciendo en ese momento. Entro a la compu, más me lamento. Escribo mis
sentimientos, dedicándote aunque sea dos renglones en cada texto. Trato de
estudiar, pero no puedo, enseguida invades mi mente. Entonces me interno
escuchando música y concentrándome solo en la letra, sintiendo como si te estuviera
hablando de frente, declarándome de repente…
Y antes de dormir sigo pensando en ti, como si
fueras el único en la tierra, el único perfecto para mí. Como si tuviera la oportunidad
de elegir entre mi actor preferido o vos, te elegiría sin dudarlo. Por que tu
simpleza realmente me ha enamorado, tan intensamente que me es muy difícil olvidarlo.
Al otro día regreso al
colegio, y no hago más que entrar y encontrarme contigo, revivir esa sensación
de alivio, sentir como si tu también vivieras lo mismo. Y en cada módulo de
clase, ansiando el toque de timbre para no dejar de mirarte, en cada recreo de
lejos admirarte. Deseando estar contigo, o al menos sentir algo distinto…
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